Todos cuantos quieren decir y hacer algo diferente, sean del género y condición que fueren, trabajan la palabra.
Todos cuantos quieren ser tenidos en cuenta, trabajan la palabra.
Nada hay más perturbador que, quien sin trabajarse la palabra, la usa: aflora el simplismo.
Nadie se pone más en ridículo cuando, siendo basto, se pone “fisno”.
Trabajar la palabra. El mundo que cada persona “ve” en su mente es el de las palabras que hay en ella y nombra a ese mundo solo y exclusivamente con esas palabras.
Si todos los seres inanimados se reducen a “cosas”, el mundo solo es una cosa.
Si todos los seres vivos se reducen a animales, plantas y gentes el mundo, al final, con cuatro palabra se define: cosas, plantas, animales y gentes.
Todos sabemos que esto no es así, que nuestro mundo es más complejo, que tenemos y usamos más palabras. Pero también sabemos que “muchas” palabras nos cansan.
Se ha impuesto la economía de la palabra. Un ejemplo magistral lo tenemos en esa nueva “taberna” llamada Twiter donde a muchos les gusta “ir”, para “estar” y que se les “vea”. Con cuatro palabras, lo divino y lo humano es analizado, juzgado, sentenciado y, a modo del sin parangón circo romano, dedo arriba , dedo abajo; vida o muerte – solo un gesto, solo dos palabras – fulminan o inciensan al parroquiano que “entrando” por la puerta suelta , si no lo primero, si lo segundo que se le viene a las mientes.
Una escuela – el sistema escolar en su conjunto- que no trabaje la palabra, que no haga que sus alumnos aprehendan el mundo con la riqueza del matiz de cada palabra; una escuela que deje que las cosas sean cosas, que permita la generalidad, que no obligue al esfuerzo del detalle, de la sutilidad: a cada cosa su nombre y cualidad; a cada ser su peculiaridad; a cada proceso su especificidad y a cada persona su nombre y particularidad, mejor se cierre.
Por eso el trabajo esencial de la escuela es el trabajo de la palabra.
Fuente de la grabación:
Ortega y Gasset, J. (1990) El quehacer del hombre, Madrid: Publicaciones de la Residencia de estudiantes. Archivo de la palabra, disco A, cara A.