ENTREVISTA: LOS PLANES PERSONALES DE TRABAJO

 

Entrevista fue publicada en el diario La Opinión de Murcia, en versión reducida, el domingo 18 de marzo de 2012.

 

«En su nueva publicación, Planes Personales de Trabajo (PPT), José Jiménez, doctor en Pedagogía, maestro de Primera Enseñanza y ex profesor de secundaria, nos brinda una manera novedosa y atractiva de trabajar, un método que viene a romper con los moldes clásicos en materia de educación y que involucra más directamente a padres, alumnos y docentes. «Lo educativo, ni es bonito, ni es duro».

 

P. Lo primero, ¿qué es un Plan Personal de Trabajo (PPT)? (para quien no ha leído el libro)

R. Es un instrumento cognitivo que permite trabajar tanto a alumnos, como a profesores e incluso a padres, todas las áreas de currículum, todas las asignaturas, de manera razonada . Su esencia es favorecer y contribuir a desarrollar el gran objetivo de la educación-enseñanza: la autonomía del alumno; que el niño se construya como persona, ciudadano autónomo, con juicio crítico, la esencia de la libertad de consciencia.

P. ¿Cree que en un contexto como el actual (de crisis se entiende), existen los medios y sobre todo la motivación, para aplicar los PPT? (Le pregunto esto porque pese a recomendar no exceder el horario laboral, en la distribución temporal de la pag. 68, ciertos aspectos me resultan de difícil aplicación práctica debido a problemas actuales como la superpoblación de las aulas)

R. El alumno precisa de orientación y atención personal. Cuando un maestro, un profesor, no puede hacer esto por exceso de alumnos el acto didáctico y, por ende, la enseñanza-educación se degrada. Es una equivocación y una superstición creer que con la masificación se mantiene la calidad educativa.

P. Dice Rita Levi que los métodos educativos tradicionales son absurdos, ¿Piensa usted que han quedado realmente obsoletos? ¿Cree que deberían enseñarse cosas más prácticas que afecten a la futura cotidianidad del alumno? (Cómo no pedir un crédito p.e., educación electoral o valores) En definitiva, cosas que se dan por sentadas pero que no se enseñan.

R. Evidentemente que son obsoletos. Si se volviese a leer el Libro Blanco de la Educación de 1969 y se viese qué se decía entonces de los métodos tradicionales, las caras de sorpresa serían muchas. Pero la alternativa no es la práctica por la práctica. Podemos llegar al activismo. Lo que en su día se llamo el “fichismo” (Hacer fichas de actividades).
La neuróloga Rita Levi propone aprender dentro del paradigma cognitivo que no es otra cosa que partir de lo razonable usando la razón natural. Y aquí la docencia debería darle el papel central al cerebro y a la plasticidad cerebral, haciendo bueno el pensamiento de un español genial, D. Santiago Ramón y Cajal, cuando dijo “Todo hombre puede ser, si se lo propone, el escultor de su propio cerebro…”.

Démosle al niño, al joven, contenidos a saber, habilidades para saber hacer y actitudes para saber-estar bien, todo ello con metódicas razonables; mostrémosle valores también razonables y permitámosle construirse así mismo. Sin olvidar, por esencial, enseñar al niño, al joven, a desarrollar su capacidad de autocontrol emocional, lo que hoy se conoce como inteligencia y educación emocional.

P. «El examen impide la innovación, encorseta a todos y no sirve para valorar nada «, según he comprendido en su manual, el hecho de que la vida escolar gire en torno a ellos le parece inútil e improductivo (cosa que, por otra parte, comparto totalmente) Opina además que los examenes sorpresa son ilegales, ¿Piensa que la figura del examen es más inútil que «ilegal» o más «ilegal» que inútil? ¿Realmente convierte a los alumnos en consumidores pasivos de formación? ¿Aboga por su eliminación o es solo cuestión de restarles peso específico?

R. El examen conlleva un estado emocional, básicamente el temor ( suspender, al que dirán…), que se pasa por alto y cuya influencia no solo en el resultado del mismo, sino a lo largo de la vida, marca una impronta, una actitud.

Los exámenes ponen en peligro la salud de nuestros niños al producir un mal estrés. La OMS ya nos puso en aviso en el año 2000 de que los exámenes escolares eran periodos críticos del desarrollo humano y que podía poner en peligro la salud del ser humano joven.
El alumno debe demostrar que sabe y que sabe hacer y que lo uno y lo otro le sirve para desarrollar una persona y una personalidad robusta haciéndole adoptar ante la vida y sus múltiples retos una actitud decidida de trabajo y mejora continuada.

El examen acostumbra al ser humano a saber por espasmos (las semanas de exámenes son tensas para todos) pasadas las cuales se vuelve a una curva de rendimiento bajo y así hasta los siguientes exámenes.

Sobre “los exámenes sorpresa” diré que no es norma común entre el profesorado y para quienes lo utilizan, en muchas ocasiones, son más un instrumento disciplinario que de aprendizaje. El “examen sorpresa” como instrumento disciplinario debe prohibirse. Y como instrumento pedagógico no tiene ninguna valor. El alumno debe saber desde el primer momento y con antelación suficiente cual ha de ser su trabajo y como dar cuenta de él.

Los PPT facilitan esta tarea y mantiene el esfuerzo de manera continua a lo largo del curso, sin sobresaltos, sin sorpresas, adaptándose perfectamente al concepto de evaluación continua y autoevaluación, así como al desarrollo de las competencias básicas, elemento novedosos que se ha incorporado recientemente, por normativa europea, al proceso educativo.

P. Al tratarse de un método de «contacto», ¿Cómo evaluaría entonces al alumno universitario que no puede asistir a clase por motivos laborales?

R. Ésta estrategia metodológica no está pensada para el nivel universitario. No obstante, podría ayudar al tipo de alumno al que hace referencia al permitirle diseñar el proceso a seguir en el tratamiento de cada tema que tenga que estudiar y demostrar que lo sabe. Todo ello con la asignación tutorial que a la universidad corresponde .

P. ¿Han fracasado las distintas reformas educativas en los últimos años?

R. No, no creo que hayan fracasado. Lo que a mi juicio ha sucedido y sigue sucediendo es que hemos sido incapaces de establecer los criterios teóricos y operativos, así como la financiación precisa, para no dar a cada cambio de gobierno un cambio educativo que, dicho sea de paso, a pesar del alboroto, no ha sucedido. A lo más que hemos llegado ha sido a “asignaturizar” la docencia. Es hora de hacer un pacto educativo nacional a largo plazo con financiación estable.

P. ¿Cree que la escuela activa es más incómoda que la memorística? ¿Para quién?

R. No es ni más ni menos incómoda. Es otra forma de trabajar. Exige del maestro, del profesor, un cambio de actitud, porque a quien tiene que educar-enseñar no es a un ser pasivo, sino a un ser que reacciona de manera proactiva, que se “mete” y se puede “meter” en su propio proceso de aprendizaje. El niño, por definición, quiere aprender, necesita la verdad para entender el mundo, y para ello necesita participar de manera activa en el proceso ejercitando, como no, entre otras, ese capacidad esencial de la consciencia que es la memoria. Sin memoria la inteligencia gira en el vacío. El profesor es el guía que le ayuda y orienta en este camino.

P. ¿Hacia dónde ha de dirigirse el docente que admite necesitar orientación? ¿Existe una «escuela de maestros»?

R. El Sistema educativo ha dado aquí un paso de gigante si lo comparamos con lo que era antes de la Ley de Educación de 1970. Hoy se imparte más información y ciencia psicopedagógica que nunca. Pero se echa en falta la concreción, el cómo desarrollar las propuestas teóricas en la práctica. De ahí que se observa que tras años de estudios universitarios, master e incluso oposiciones en las que las teorías y modelos educativos ocupan un lugar preeminente , cuando el joven profesor llega al aula, en pocos meses, adopta el modelo de profesor que ha visto a lo largo de su vida escolar. No lo que ha estudiado, ni de lo que se ha examinado.

Pero volviendo a su pregunta. Mire Ud. desde los departamentos de orientación, pasando por las jefaturas de estudios, siguiendo por la inspección y recalando en los Centros de profesores, ahí puede y debe pedir orientación. El Sistema educativo tiene desarrolladas por ley una larga lista de competencias adjudicadas a los organismos citados que de ponerse a pie de aula, de sentirse los maestros apoyados e incentivados, podrían dar sus frutos. Pero es preciso, a mi juicio, que el Sistema educativo instale como uno de sus ejes básicos la INNOVACIÓN. Que ésta no sea objeto de proyectos aislados, voluntarista, sino una exigencia de mejora. Y a quienes trabajen en esta línea el Estado debe apoyarlo, orientarlo e incentivarlo económicamente.

Hay cientos de proyectos innovadores consumiendo energías y voluntades, pero están dispersos. Sus resultados no llegan al Sistema. Urge unificar criterios para potenciar la Innovación a través del instrumento legal correspondiente de manera que Innovar sea uno de los ejes definidores de desarrollo y mejora del Sistema Educativo.

La Administración debe rastrear desde la escuela más recóndita hasta el instituto más cercano en busca de didácticas que logren resultados y, de ser así, expandirlos al Sistema. A veces, en un rincón lejano de la geografía aparece una maestra, una profesora, desarrollando una idea genial con resultados positivos.

P. En sus primeros años de innovación, las críticas eran numerosas (buenas y malas, imagino) e incluso recibió la visita de los inspectores… ¿Se considera un revolucionario del aula?

R. No, de ninguna de las maneras. Trabajé, como funcionario público, en la línea que me marcaron las leyes de mi país creyendo en ellas, a sabiendas de las limitaciones reales de su desarrollo. En cuanto a los inspectores he de decir que, salvo una excepción, siempre he recibido consideración y estima por mi trabajo.

Un saludo y muchas gracias.»

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Acerca del Autor

autorJosé Jiménez López es Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, Sección Pedagogía, Maestro de Primera Enseñanza, Especialista en Estudios Superiores en Pedagogía Sofrológica (S.E.E.I.S.), Diplomado en Sofrología aplicada al Niño (S.E.E.I.S.), Diplomado en Sofrología aplicada al Deporte (S.E.E.I.S.).